El elemento central en la vida de quienes han nacido el 24 de Febrero es el sacrificio, y puede manifestarse de diversas maneras.
Es corriente que sacrifiquen sus propias necesidades o gustos por una causa o por deseo de sus padres o de su pareja y familiares, aunque también ellos suelen exigir el mismo grado de sacrificio de los demás, en particular de sus seres amados.
El sacrificio también puede cobrar una forma más abstracta o filosófica, y entonces se convierte en una especie de aceptación de la vida tal cual es, como si se sacrificara el yo mismo, por así decirlo. En el mejor de los casos, este tipo de sacrificio es un verdadero gesto de generosidad y de deseo de trabajar por el bien común.
Aquellos que optan por sacrificarse en aras de un objetivo más elevado o de los deseos de un grupo pueden hacerlo de diversas maneras.
Quienes emprenden la tarea con entusiasmo y alegría suelen tener fe en lo que hacen, y su recompensa es la felicidad o el bienestar de sus prójimos, pero para los que la ejecutan con austeridad, con un estricto sentido del deber, la insatisfacción de las demandas de su amor propio puede alimentar un profundo resentimiento, y cuando su insatisfacción rebasa los límites de lo tolerable abandonan la responsabilidad que asumieron.
Es frecuente que los nacidos en esta fecha intenten reducir su amor propio a la mínima expresión, e incluso despojarse de él por completo, en procura de un estilo de vida más puro.
Pero por supuesto existe el peligro de que se hagan falsas ilusiones, ya que tal vez no sea posible desprenderse del amor propio cuando aún no ha llegado a su plenitud.
Los más evolucionados son conscientes de esta trampa, y se dedican a fortalecer los aspectos positivos de su personalidad y en lo posible a juzgarse con baremos estándares. Sin embargo, otros aceptan todo lo que el destino les depara y creen que su infortunio es de alguna manera la confirmación de un estado superior.
Steve Jobs, cofundador y presidente ejecutivo de Apple Inc., naciço el día 24 de Febrero.Los nacidos este día deben encontrar la manera de trabajar en función de un bien común, o quizás para complacer a sus padres o a la sociedad, sin comprometer sus creencias y deseos.
La necesidad de estar muy seguros de sus deseos y de poder expresarlos sin temor es mucho más acusada en ellos que en la mayoría de los individuos.
Si se habitúan a transigir y a aceptar circunstancias escasamente ideales o una imagen propia que no esté a la altura de su talento y su capacidad, corren el riesgo de empañar sus perspectivas de futuro. Pasado un tiempo, les resultará muy difícil retomar las riendas de sus vidas porque habrán de luchar contra costumbres y expectativas muy enraizadas.
Antes de comenzar a hacer sacrificios importantes, es necesario que reafirmen su coraje, resolución, determinación y fuerza de voluntad. Además deben comprender que a la larga es mucho más satisfactorio compartir el amor desde una posición firme que desde una débil.
