Signo Piscis: nacidos el 25 de Febrero

Aunque los nacidos el 25 de Febrero son individuos formidables por derecho propio, sólo desarrollan todo su potencial cuando se ponen al servicio de una causa más importante que ellos mismos. Aunque se tienen mucha confianza y respeto, creen que los objetivos universales tienen más valor que los personales. Además, intuyen que pueden ampliar su poder si lo ponen al servicio de una gran causa.

Es frecuente que estos individuos tengan conflictos con quienes los rodean. Además, no es de extrañar que sean críticos de las costumbres sociales, ya que consideran que la sociedad está sumida en un estado de constante devenir y confusión, quizás inmerecedora de un profundo compromiso con ella.

Cuando son pequeños suelen rebelarse abiertamente contra los padres y otras figuras de autoridad y reaccionar visceralmente ante lo que consideran injusto. Como a menudo no logran estar en paz consigo mismos hasta que son bastante maduros, no es de sorprender que tengan una adolescencia y una primera etapa de madurez turbulentas.

Cuando ya han cumplido los treinta o cuarenta años suelen comprometerse más seriamente con algún tema digno de mayor interés, como el arte, la filosofía, la religión o un ideal de lo que podría ser la humanidad. Toda vez que un interés de este tipo se adueña de ellos, le dedicarán cada vez más tiempo y esfuerzo, sea pública o privadamente. Pero sería más conveniente que no por ello abandonaran su vida anterior, sino que la enriquecieran con sus nuevas experiencias.

Los nacidos este día no tienen tiempo para hacer maldades o mezquindades de ningún tipo. Quizás aparenten tener un porte real o gestos de grandeza, pero rara vez adoptan una actitud condescendiente o elitista.

Los más evolucionados tienen la capacidad de transmitir sus altos ideales y sus propósitos, pero los menos evolucionados quizás no lleguen a convencer a los demás de su sinceridad, por lo que se los puede considerar proselitistas o presuntuosos. El éxito y la consecuente felicidad de los nacidos este día es directamente proporcional a su capacidad de comunicarse sin provocar antagonismos. En el peor de los casos, la incomprensión puede llegar a producirles un sentimiento de autocompasión y frustración.

Para estos individuos es más importante dar que recibir, pero deben tener en cuenta que aquellos a quienes dedican sus esfuerzos pueden no estar tan ansiosos por recibir sus beneficios. En esos casos tienden a sentirse rechazados, cuando sería mejor que adoptaran una postura más firme y una actitud más sensata que, basada en el mutuo intercambio, les proporcionara un acercamiento más provechoso y una manera más saludable de relacionarse con los demás.

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