Los nacidos el 25 de noviembre saben conservar las energías para que les duren. Pero eso no significa que esperen a que ocurran las cosas, sino que las provocan ellos mismos. Dinámicos y productivos, también tienen una faceta reservada que aporta dignidad a su personalidad. Por enérgicos que sean en sus ocupaciones cotidianas, en las relaciones íntimas resultan ser muy sensibles, considerados e incluso callados. La abundante energía que despliegan no tiene nada de caótico; fluye estable y uniformemente.
Estos individuos prefieren trabajar solos y estar solos, pero un tema inconfundible en su vida es el apego (normalmente por nacimiento, matrimonio o herencia) a otro individuo poderoso. Durante un tiempo, los nacidos este día pueden vivir a la sombra de ese personaje, pero tarde o temprano se separarán de él para seguir su camino. La relación puede durar muchos años de una manera armoniosa, simbiótica, pero la muerte, el divorcio o la rebeldía abierta los hacen surgir a menudo como un poder por derecho propio que exige un reconocimiento personal explícito. Esta situación se crea con frecuencia a causa de los sueños y fantasías juveniles de los nacidos el 25 de noviembre, que incorporaban la admiración por una o más figuras románticas.
No es de extrañar que admiren profundamente a las personas capacitadas y con talento: el éxito es un dios para los nacidos este día. Se sienten impulsados a alcanzar un gran éxito en su terreno y si no lo consiguen pueden sufrir crisis nerviosas y depresiones. Otro peligro es que trabajan tanto y con tanta eficacia que llegan a hacerse indispensables para los que dependen de ellos, y en consecuencia les cuesta cambiar de trabajo, ser flexibles en su estilo de vida e incluso jubilarse. Suelen tener una o más aficiones domésticas esperando sustituir a su trabajo ordinario y, sobre todo en la vej’ez, es posible que quieran retirarse a una vida de contemplación y estudio del espíritu.
Profesionalmente, casi siempre sitúan la calidad en primer término, el poder en segundo lugar y el dinero en el tercero. Sin embargo, también son generosos y no dudan en compartir su buena suerte (por supuesto, con sus propias condiciones). En efecto, los nacidos el 25 de noviembre suelen legar una buena herencia, sea una familia bien situada, riquezas y propiedades o bien una contribución personal a las artes o las ciencias.
Su personalidad incorpora un elevado sentido ético. Debido a sus ideas a veces crípticas sobre el bien y el mal, los nacidos este día deben esforzarse por no imponer su sistema de valores a los demás. También deben ser precavidos para no volverse excesivamente rígidos y autoritarios. Las expectativas de todo tipo les crean dificultades; por ello es conveniente para sus intereses a largo plazo que resistan la tentación de formarse opiniones apresuradas y excesivamente críticas sobre las personas y las circunstancias que encierren a todos los implicados en posturas y relaciones inamovibles.
