26 de Septiembre

El día de la práctica paciente

Los nacidos el 26 de septiembre son perfeccionistas que saben que sólo hay una manera de dominar una actividad: hacerla una y otra vez. Como aquel hombre a quien le preguntaron cómo se llegaba al Carnegie Hall y respondió «¡con la práctica!», estos individuos creen que la práctica conduce a la perfección. Estas personas dotadas de una gran habilidad técnica y empeñadas en perfeccionar su arte u oficio saben cómo alcanzar su meta y tienen la capacidad para enseñárselo a los demás, si no por medio de palabras, por el ejemplo. Pueden ser una gran fuente de inspiración para aquellos que los admiran.
Pero esta actitud no se restringe al plano laboral. En su vida privada, los nacidos el 26 de septiembre suelen ser obsesivos, compulsivos, o ambas cosas a la vez. Por lo tanto, tienen una actitud bastante neurótica en casa, como si temieran que el cielo cayera sobre ellos si no hacen las tareas cotidianas a la perfección. En consecuencia, pueden amargarles la vida a familiares y amigos. Huelga decir que también son jefes o supervisores excesivamente exigentes.
Estas personas dan supremacía a la lógica y la aplican en la vida cotidiana. También creen que existen pocos problemas técnicos que no puedan resolverse mediante el uso de principios racionales. Paradójicamente, su conducta puede ser caprichosa e irracional. Por lo tanto, son personas complejas, difíciles de entender.
A menudo los nacidos este día tienen una segunda o tercera ocupación o afición que mantienen en secreto. Esta actividad puede estar muy alejada de la imagen que la gente tiene de ellos. De hecho, estos individuos se complacen en mantener una parte de su vida en absoluta reserva.
Los nacidos este día son vehementes, emprendedores y decididos. Pueden ser idealistas, pero rara vez olvidan las consideraciones prácticas, y aunque disfrutan teorizando, lo que más les preocupa es el éxito o el fracaso de las ideas.
La mayoría tiene un excelente sentido del humor que sin embargo puede pasar inadvertido, ya que lo expresan en forma de ironía sutil. Lo que rara vez pasa inadvertido son sus críticas mordaces, que pueden crearles enemigos. Sin embargo, los más evolucionados saben hacer sentir su influencia, que se extiende más allá de su círculo inmediato como pequeñas olas en la superficie del agua y puede prolongarse después de su muerte. Incluso aquellos a los que no les gusta la personalidad de los nacidos el 26 de septiembre, suelen admitir que su trabajo es brillante y concienzudo.

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