Signo Leo: nacidos el 31 de Julio

Los nacidos el 31 de julio demuestran un interés especial por el significado de la vida humana. A menudo se obsesionan por cuestiones filosóficas y morales, en particular por los aspectos inusuales o anormales de las personas. En consecuencia, ninguna incógnita sobre la conducta de la humanidad queda fuera de su escrutinio, y rara vez consideran un tema demasiado turbador para examinarlo o discutirlo. Estos individuos sienten fascinación por historias de persecuciones, encarcelamientos, tiranía y torturas, así como por los mártires, los santos y sus actos de bondad y coraje. Esto no quiere decir que restrinjan su interés a los seres humanos excepcionales; por el contrario, también sienten curiosidad por la vida cotidiana y las costumbres de la gente sencilla.
Los nacidos este día sienten la imperiosa necesidad de compartir lo que han aprendido. Los más introvertidos a menudo comunican sus impresiones por escrito (diarios, cartas, ensayos) o mediante las artes plásticas, en especial el dibujo y la pintura; mientras que es probable que los extrovertidos deseen hacerlo a través de la interacción social directa. En cualquier caso, los nacidos este día suelen tener un notable talento visual o descriptivo. Tanto los introvertidos como los extrovertidos manifiestan un interés por comunicar su concepto del hombre, la mujer y la sociedad ideales.
Casi todos estos individuos dan supremacía absoluta a su trabajo, lo que puede alejarlos de sus familiares o amigos. En la familia, a menudo son motivo de polémica o de críticas. Algunos optarán por vivir solos precisamente por esta razón; es como si estuvieran demasiado involucrados con la humanidad en general para dedicar tiempo a la interacción personal.
Los nacidos este día suelen adoptar una actitud práctica y realista, aunque en ocasiones son pesimistas. Cuando su visión de la vida es negativa y ellos la internalizan, podría causarles desdicha. Por lo tanto, el realismo de los nacidos el 31 de julio puede ser valioso y saludable, pero no debe convertirse en un escepticismo destructivo. Estos individuos deben recordar que sus esfuerzos podrían mejorar significativamente el mundo y que es posible que consagrarse a los asuntos sociales universales resulte menos útil. Quizás la mejor manera de convertirse en el ser humano ideal que tanto admiran sea practicar personalmente pequeños actos cotidianos de bondad.

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