6 de Febrero

En los nacidos el 6 de febrero la necesidad de ser populares en su entorno social es tan grande como su capacidad para lograrlo, ya que verdaderamente desean ser admirados y alabados por aquellos que estiman. Otros individuos con iguales deseos de popularidad pueden considerarlos en extremo afortunados por atraer tanta atención, pero lo cierto es que suelen tener mucha inseguridad acerca de su valor real, por lo que buscan el apoyo y el reconocimiento de los demás. La necesidad de afecto de estos individuos suele ser mayor que la de los nacidos cualquier otro día del año y puede llegar a convertirse en una carga emocional.
La popularidad de que gozan los nacidos este día podría atribuirse a su buen aspecto, su encanto y su expresividad, pero lo que todos tienen en común es la habilidad de tocar la fibra sensible de los demás. Tal vez sea su franqueza y su accesibilidad lo que permite que los demás, incluso los extraños, se identifiquen con ellos, y lo que contribuya a que les respondan con tanto entusiasmo. La seguridad y la confianza que inspiran se traducen en elogios cuando todo va bien, y les sirven de protección frente a la crítica y la culpa cuando las cosas van mal.

Naturalmente, en la vida de alguien que valora tanto la popularidad, su opuesto —la impopularidad— se convierte en el mayor obstáculo que deben superar. Para evitar esta condición tan indeseable los menos evolucionados llegarán a cualquier extremo, como modificar sus puntos de vista, dejar amigos a un lado o cambiar su aspecto físico. Podría decirse que son como flores que siempre miran al sol en busca de aprobación y gratificación. Los más evolucionados también son capaces de cambiar con el tiempo, pero a la vez valoran y alimentan esa parte de sí mismos que es constante y única. Sería conveniente que todos los nacidos este día superasen esa necesidad de popularidad que los caracteriza prestando más atención a sus valores intrínsecos, a lo que tienen en común con otras personas y a lo que puede ser valioso para su familia y la sociedad en general.

Son muy pocos los días en que es tan vital la necesidad de desarrollar valores interiores duraderos y significativos. No obstante, la decisión de hacerlo depende exclusivamente de ellos, y son muchas las distracciones que pueden alejarlos de esa importante tarea. Quizás la forma más práctica de lograrlo consista en responder día a día a la gran fe que los demás depositan en ellos. Pero la tarea no es fácil, ya que si buscan la atención que dan por descontada olvidarán que el respeto es algo que debe ganarse, y que todos debemos hacer sacrificios.

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