Los nacidos el 7 de diciembre son todos iguales. Durante la mayor parte de su vida les cuesta mucho articularse en su entorno social, tanto en el colegio, en el trabajo o en casa. A menudo llegan a la edad adulta con la convicción de ser peculiares, distintos de los demás… o sólo raros, simplemente. Lo sean o no, ellos lo creen, y a menudo organizan su vida de acuerdo con esas expectativas.
Suelen sentirse atraídos por las personas que también tienen algo de peculiar, pero en cualquier caso respetan a quienes tienen el valor de hacer las cosas a su manera, hagan lo que hagan. En secreto, por supuesto, a los nacidos este día les gustaría ser aceptados según las normas convencionales, y disfrutan mezclándose simplemente con la multitud de vez en cuando. Quizá consigan obligarse por la fuerza a encajaren su entorno, pero eso suele cobrarse tributo desgastando su sistema nervioso.
Durante la adolescencia y los primeros años de la edad adulta, a estos individuos les cuesta mucho decidir qué profesión o ámbito laboral elegir. No es infrecuente que prueben varios empleos distintos, de naturaleza muy diversa, antes de acertar finalmente con lo que les va mejor. A partir de entonces suelen atenerse a ello toda la vida, pero no necesariamente será lo que los hace felices. En parte, la razón de que les resulte tan difícil asumir un papel satisfactorio en la sociedad es que no se decantan en favor ni en contra de la propia sociedad. Además, lo que más les gusta, lo que les sale de una forma auténticamente natural no siempre es lo que les da dinero. En consecuencia, pueden sentirse muy angustiados y frustrados, y tal vez acaben creyendo que han fracasado.
Los nacidos el 7 de diciembre necesitan tomarse mucho tiempo libre y no exigirse demasiado. De niños, su prodigioso talento puede despertar expectativas difíciles de cumplir; por eso tienen que volverse rebeldes, neuróticos y distantes, y obligarse a crear una coraza que proteja su sensible naturaleza de las decepciones o el rechazo.
Los afortunados que han tenido unos padres afectuosos y receptivos gozarán de mejores oportunidades de encontrarse a sí mismos en esta vida. Si han sido aún más afortunados y han conocido a personas capaces de ver su potencial y que aportan su propio talento, los nacidos este día tienen en su excepcionalidad una gran baza que jugar: no tienen que realizar un esfuerzo antinatural para destacar o conseguir el reconocimiento de los demás.
No obstante, estos individuos deben tener cuidado para no volverse demasiado excéntricos o aislarse del mundo, en particular a medida que envejecen.
Al ser soñadores y fantasiosos, corren el riesgo de acabar viviendo en un extraño estado mental que tiene poco que ver con la vida cotidiana de la mayoría de la gente. Como mínimo deberían dedicarse a las actividades sociales y familiares más elementales, mantenerse en contacto con sus amigos, cultivar el género epistolar y, en general, seguir comunicándose, por difícil que les resulte. En sus relaciones personales les conviene hacer un esfuerzo para llamar la atención hacia su persona, de vez en cuando. De hecho, no deben olvidar que quien no llora, no mama, y que la autocompasión y todas sus insidiosas variantes son mortales de necesidad.
