A Leo le molesta el pesimismo natural de Cáncer.
Al principio, antes de advertirlo, es probable que la pareja transite por un breve paraíso y se festeje mutuamente su sentido del humor y la intensidad para vivir las pasiones.
Pero pasado este primer período de deslumbramiento, las cosas pueden ser muy distintas.
Leo necesita del brillo del Sol y Cáncer atraviesa por prolongados períodos de sombra.
Si la relación es breve puede convertirse en un hermoso recuerdo, pero para que perdure Cáncer deberá renunciar a su autoritarismo y a los celos que lo enferman.
Leo, por su parte, deberá tornar conciencia de lo peligroso que es desconocer las exigencias de Cáncer y aprender a no hacerle reproches.
Con este signo la ternura siempre funcionará mejor que las imposiciones.
Si ambos están dispuestos a hacer estas concesiones, la pareja puede alcanzar estabilidad.