Escorpio y Leo no se entienden con facilidad, por lo que la pelea puede convertirse en el modo de comunicación normal entre ambos signos.
Cada cual, a su modo, tratará de imponer siempre sus propios criterios y la lucha constante terminará por producir un serio desgaste en la relación.
En el momento que sean conscientes de este problema, ambos se preguntarán si la fuerza que los impulsa a disputarse el poder con tanto encono merece realmente el nombre de amor.
Los sarcasmos descalificadores de Escorpio terminarán por minar el orgullo del León que, al verse herido, comenzará a proferir terribles rugidos.
Para estar en pareja, ambos deberán deponer sus posiciones intransigentes y llegar al acuerdo de compartir las decisiones sin tratar de imponerse al otro.
Escorpio deberá comprender, además, que el León necesita sentirse el rey, aunque no lo sea y que, por lo tanto, necesita que continuamente le ratifiquen que tiene aptitudes de mando y que su pareja lo reconoce.