El optimismo de Sagitario contribuye a aliviar la pesada carga de solemnidad que Escorpio arrastra por la vida y ambos disfrutarán de una sensualidad desbordante que culminará en sesiones de amor tan afiebradas como gratificantes.
Pero el afán de libertad de Sagitario se contrapone a los deseos de posesión escorpianos y tarde o temprano se desatará la tormenta.
El fantasma de la infidelidad será una inagotable fuente de conflictos.
Sagitario pedirá constantemente a su compañero que le permita volar más alto y éste le exigirá que no se despegue un segundo de su lado.
Pero ninguno de los dos estará totalmente dispuesto a aceptar los deseos del otro y, muy pronto, Escorpio comenzará a tramar la venganza que constituya el castigo que él considera justo para Sagitario.
Por otra parte, la falta de solemnidad de Sagitario respecto de los proyectos en común, terminará por irritar a Escorpio, que detestará que su compañero conteste con bromas a sus propuestas de amor para toda la vida.
Para que la intensidad del amor que comparten no se malogre, ambos tendrán que poner mucho de su parte.
Escorpio deberá esforzarse por comprender que para Sagitario la libertad es como el aire que respira y que sus ansias de dominación terminarán por asfixiarlo.
Además, deberá aprovechar la gran lección que le da su compañero y comenzar a tomar la vida con un poco menos de solemnidad y un poco más de ligereza.
Sagitario, por su parte, deberá aprender a resistir los embates escorpianos sin sentirse agraviado y herido.
