La fuerza protectora de Leo resultará maravillosa para el inseguro Piscis, quien junto al rey de la selva se permitirá olvidar, por una vez en la vida, los temores que lo acechan siempre.
El ímpetu leonino y su gran vitalidad serán elementos suficientes para que Piscis comience a idealizarlo como un ser todopoderoso y termine por levantarle un pedestal.
En este caso, por supuesto, la decepción no tardará en llegar.
Piscis le pedirá a Leo garantías que éste no estará dispuesto a suministrarle, ya que para algo es el rey, e impaciente por las exigencias de Piscis, que no tiene interés en satisfacer, dejará escuchar uno de sus feroces rugidos.
Piscis, como no podía ser de otro modo, huirá espantado y con el corazón herido.
El dormitorio será el territorio de los acuerdos y entendimientos, ya que juntos disfrutarán de una sexualidad muy placentera.
Si logran trasladar esta coincidencia a otras áreas de la relación, ésta tiene muchas posibilidades de perdurar, ya que el Leo, aunque bravío, tiene un corazón tan noble como tierno y Piscis necesita de estas cualidades para entregar el suyo.
