La encendida imaginación de Géminis y su naturaleza más voluble y sensible a los coqueteos resulta todo un desafío para Tauro.
Su profundo sentido práctico y su visión realista de la vida, lo harán sentirse desconcertado frente a un compañero que tiene parámetros de conducta muy diferentes a los suyos.
La inseguridad que le provoca Géminis puede ser vivida por el Toro como una angustiante amenaza.
Las cama es el lugar en que estas profundas diferencias se borran, dando paso a una relación excitante de la que no está ausente la fantasía.
La combinación entre un signo físico y uno mental, como en este caso, puede resultar perfecta en el terreno sexual, aunque fuera de él demande por parte de cada uno un gran esfuerzo de comprensión.
Fuera del dormitorio, Géminis deberá esforzarse por expresar más ternura y afecto, y Tauro por ser más comunicativo y comprensivo.
