Cómo es Virgo

Con Virgo comienza el refinamiento y la depuración de las formas en general y en particular.
La energía que en Aries era impulsiva y potencial, ahora se vuelve hacia dentro para realizar un meticuloso trabajo de perfeccionamiento que le hará adquirir madurez, para emprender la parte superior del zodíaco relacionada a lo social y colectivo.
Con Virgo concluye el primer hemisferio de la rueda zodiacal, referido al desarrollo personal.
Su símbolo es una virgen y con ello el sentido de lo puro, lo que no tiene mezcla. El nombre Virgo deriva de una antigua palabra de origen atlante, aplicada al principio materno, a una virgen o diosa madre que fuera la fundadora del matriarcado que entonces regía las civilizaciones. Este concepto madre, mater, materia, se refiere a la Tierra, donde se dan las formas concretas de la energía vital.
Virgo es uno de los tres signos de Tierra, elemento que comparte con Tauro y Capricornio; y dentro de éstos, se destaca por su cualidad de aguardar el momento oportuno para la concreción práctica y eficaz de las tareas por realizar, respetando los límites, y los procesos de latencia y maduración. Por eso en este signo son clave la espera y el adentrarse en el túnel del tiempo, un espacio donde se gesta la madurez de una persona, que ha de acceder a la vida colectiva, y de relación, tema que inaugurará Libra, en la próxima secuencia.

Para comprender la energía virginiana, pueden imaginar una represa de agua: una gran cantidad de agua contenida frente a un inmenso paredón. Ante esa pared el agua ya no fluye siguiendo su impulso natural, sino que debe detenerse y esperar, para pasar luego, por determinados acueductos de contención, porque se la necesita para un trabajo específico: el de alimentar la totalidad de algún determinado sistema. Los conceptos de límite y utilidad son característicos de esta energía, como así también la imagen de filtro. Estas son funciones para clasificar y organizar las partes de un todo, la necesidad del aprovechamiento del tiempo, la no pérdida del mismo.
Virgo dice no al exceso, a lo exagerado, instala la pared, el límite, el tamiz, por temor al descontrol, al caos y a la inmensidad; todas estas, representaciones de su signo opuesto, Piséis, la vasta energía oceánica donde todo se reintegra nuevamente, en la fuente original de la vida.

La modalidad o ritmo mutable de Virgo le da una gran capacidad de adaptación a diferentes situaciones de trabajo. En cada uno de sus emprendimientos se lo ve expeditivo y trabajador, sin esperar reconocimiento ni aplausos como lo hacía Leo, sino solamente la paga correspondiente por el servicio que ha prestado.
Virgo siempre sabe lo que hay que hacer: limpiar, depurar, pulir, tantas veces como sea necesario, para luego dedicarse a un meticuloso y detallado ordenamiento. Es el especialista del zodíaco, sabe discriminar lo que sirve y desechar lo que no sirve, separando esto de aquello, con finísima minuciosidad. Es virtuoso en el perfeccionamiento de su metier.

Los virginianos piensan y calculan mentalmente la forma de hacer las cosas y las hacen eficazmente. Tienen el carácter ideal para los trabajos en relación de dependencia. No se cansan de repetir y hacer bien su tarea infinidad de veces, sino que esa es su más profunda satisfacción y —diría- casi lo único que los emociona. Tienen sentido común, practicidad y racionalidad, y una gran capacidad para disociar ins-trumentalmente lo que piensan de lo que sienten. Como se entregan con más fervor al trabajo que a los vínculos, generalmente se los acusa de ser desafectivos o aburridos, pero ellos, más allá de cualquier crítica, responderán siempre ¡que están muy ocupados!
Virgo piensa y razona pero no imagina, su gran dificultad es simbolizar o metaforizar. Necesita muchas explicaciones, duda, cuestiona, responde con preguntas. Requiere de respuestas claras, concretas, tangibles, detalladas, lógicas y si es posible científicas, de otro modo no lo conformaremos, y sabremos que volverá a preguntar una y otra vez: «¿y por qué?», como hacen los niños. No saca conclusiones enseguida, porque su mente es científica, y necesita ir clasificando, encasillando, etiquetando, y ubicando las cosas en el lugar correcto, sintiendo, además, la obligación de ser eficiente, de hacer y pensar cada tema a su debido ritmo y tiempo, para que todo encaje a la perfección. Cuando acomoda las cosas, suele dejar espacios vacíos listos y preparados, calculando cualquier aparición imprevista de algo nuevo. Con esto deducirán el gran control que desarrollan y ejercen frente a cada trabajo, relación o situación en que se involucren.

Son inquietos y nerviosos, pero no pierden la paciencia, saben esperar y lo hacen con naturalidad. No los perturba la repetición porque en ella encuentran la posibilidad de capacitación, especificidad y perfeccionamiento técnicos.
Son inteligentes, pragmáticos, analíticos; basan sus opiniones en el propio juicio y sentido común, y en reglamentos formales o legales, son francos, lúcidos, irónicos, escépticos, un poco tímidos y muy organizados. Suelen ocuparse de tareas que a otras personas les resultan ingratas, rutinarias y reiterativas o desagradables, porque ante todo son personas dedicadas a dar servicio. Entonces son enfermeros, médicos, amas de casa, paseadores de perros, secretarias, bibliotecarios, archiveros, biólogos, técnicos, farmacéuticos, escritores, redactores de estadísticas, científicos, analistas de sistemas, investigadores, traductores simultáneos.

No deberían sorprenderse si encontraran virginianos exactamente al revés de lo que les explico. En Astrología describimos la paradoja de las polarizaciones: cuando la conciencia se abruma con su propia energía —en este caso, pulcra, limpia y ordenada-, salta disparada a su opuesto, y entonces existen virginianos desprolijos, impuntuales, indisciplinados, confusos, muy críticos o inexactos, en lo que dicen, hacen o visten… Pero, en general, y cuando no se oponen a su naturaleza, son metódicos, esquemáticos, adictos a las grillas, los crucigramas y los esquemas, cuadros sinópticos, fichas, o gráficos bien detallados para que cualquiera que los lea pueda entender lo que ellos han programado.

Virgo ocupa la casa sexta zodiacal, el área de experimentación del trabajo, la salud y el servicio. Ejerciendo su trabajo rutinario y servicial, cumple consigo mismo y con otras personas desconocidas. Sus máximas virtudes son: la humildad, la honestidad y la capacidad de espera.
En sus vínculos amorosos, suele dar muchas vueltas antes de decidirse, porque duda y necesita saber todo de antemano. No le resulta fácil la entrega. Controla cada detalle en las conversaciones y no se olvida de nada. Le gusta hacer regalos caros, de marca, únicos, prácticos y usables durante mucho tiempo. Si bien es constante en sus relaciones de pareja hace muchos «cortes y quebradas» en el camino.

Virgo