Los nacidos el día 17 de Febrero se arman de una coraza y salen a combatir con el mundo entero ya desde jóvenes. Como es raro que esta particular forma de expresarse esté avalada por sus orígenes, deben actuar solos desde el comienzo mismo. Sin perjuicio de la clase social a la que pertenezcan, están convencidos de que pueden superar obstáculos a fin de demostrar que son individuos por derecho propio, pero antes de lanzarse a combatir con el mundo deben luchar consigo mismos para moldearse de la forma deseada.
Suelen percatarse en su infancia de que su naturaleza sensible no podrá resistir las críticas, las expectativas y el abandono de que pueden ser objeto si no fortalecen sus defensas. En los menos evolucionados, las defensas pueden implicar el secretismo, la suspicacia y el acorazamiento físico, mientras que en los más evolucionados suele manifestarse con una demostración de sus capacidades y sus conocimientos, y con una fuerte presencia física. Pero desgraciadamente tienden a cerrarse ante todo tipo de influencias, sean buenas o malas, y su dureza exterior contradice su hipersensibilidad interior, que salvo en los casos más excepcionales nunca deja de existir.
Las manifestaciones de amor y afecto suelen conmover a estos individuos, pero deben ser sinceras y directas. Su disposición a realizarse como individuos es tan fuerte que a menudo optan por no cultivar una relación deseable para no frenar ese proceso. Los más evolucionados dejan traslucir su expresividad y sensiblidad, tanto en el plano personal como laboral, pero es una transparencia turbia que oculta la coraza invisible que no se han quitado de encima.
Los nacidos este día están siempre dispuestos a desvivirse por los demás cuando los necesitan, aunque sean extraños. Por lo general son realistas en extremo y conocen muy bien las desigualdades y las injusticias de orden social. A pesar de su combatividad, no suelen ser muy agresivos ni se enfadan con facilidad. Su dominio de las cosas terrenales, su calma y su fuerte presencia física induce a los demás a tenerlos en cuenta, a la vez que sirven de advertencia a los que puedan tenerles animadversión. Quienes cometan el error de interpretar su calma como pasividad seguramente se llevarán una sorpresa.
Cuando estos individuos creen en algo, se entregan con plena convicción. La mayoría de ellos son «guerreros espirituales» que conceden el mayor valor a su evolución y expresión personales. Aunque suelen dedicarse mucha atención, a veces en demasía, pueden ser una fuente de inspiración y animación para quienes los rodean.
