Los nacidos el 21 de diciembre son individuos poderosos que saben aprovecharse del silencio.
Se interesen o no por la palabra, principalmente emplean el cuerpo, su presencia física o su psique para transmitir sus ideas de una manera irresistible. Es muy difícil llevarles la contraria, tal es su firmeza cuando avanzan en pos de sus objetivos.
De hecho, son capaces de exprimir hasta la última gota de la energía que poseen en un deliberado intento de convertir el tema del que se trate en una calle de una sola dirección, la suya. En cuanto logran que alguien haga algo a su manera, pueden controlar mejor el resultado.
Como ya se ha mencionado, los nacidos este día utilizan el silencio con efectos devastadores. Al negarse a hablar en una coyuntura crucial de la conversación o las negociaciones consiguen preocupar o intimidar a otros mucho más que si hablasen o gritasen desaforadamente.
A veces dan la impresión de que detrás de ese silencio hay un mal genio que puede salir en cualquier instante, y por lo tanto los demás los tratan con mucho cuidado para que ese volcán no entre en erupción.
Esto casi siempre se cobra tributo en la pareja, y por desgracia las lógicas tensiones pueden provocar una ruptura. En consecuencia, a los nacidos este día les cuesta mucho mantener las relaciones interpersonales a lo largo de los años, y quizá vayan dejando tras de sí un rastro de corazones destrozados.
A estos individuos no les gusta especialmente responder a preguntas sobre ellos mismos. A pesar de ser muy reservados respecto a sus fantasías íntimas, poseen el poder de proyectar esas fantasías sobre el mundo y modelar el entorno.
Sus deseos y su capacidad de controlar a los demás son grandes. Mucha gente los trata como ellos quieren para que no se pongan de mal humor, ya que conocen demasiado bien la alternativa. Sin embargo, estos individuos pueden ser encantadores, sensuales y cálidos con sus seres queridos.
Tanto las mujeres como los hombres nacidos este día tienen un gran poder físico gracias al domino del movimiento y la inmovilidad. Además, suelen adorar a los niños y/o los animales con un amor que a veces eclipsa su interés por sus iguales adultos. En tales relaciones, sus desarrolladas dotes intuitivas y su habilidad en la comunicación no verbal encuentran una amplia gama de expresiones.
«Quien no esté conmigo, está contra mí» es con demasiada frecuencia el lema de los nacidos el 21 de diciembre. Deben aprender a perdonar y a llevarse bien no sólo con aquellos a quienes caen bien. Calmar el miedo al rechazo, resolver dudas e inseguridades y enfriar los intensos deseos de ser admirado son propuestas útiles para profundizar en su crecimiento espiritual.
