El día de la irreverencia
Los nacidos el 23 de noviembre muestran rápidamente su desagrado ante toda forma patente de autoridad y represión. No creen en algo sólo porque sea lo que se espera de ellos. Eso no significa que no puedan ser leales o de confianza. Cuando no respetan las normas que se les imponen, reaccionan con el silencio, con pocas palabras escogidas o con un gesto físico que deja perfectamente claro lo que opinan. Nunca o casi nunca se acobardan ante un enfrentamiento, y de hecho uno de sus principales problemas es su tendencia a provocar discusiones y peleas. Su naturaleza combativa se pone de manifiesto cuando están con personas a quienes no soportan, por lo que si no están en compañía de alguien que aprecien, o por lo menos respeten, es mejor dejarlos solos.
Estos individuos creen en el dicho: Vive y deja vivir, pero si se los provoca, reaccionan con rapidez e intensidad. Suelen ser muy susceptibles con ciertos temas delicados, que por desgracia pueden convertirse en botones que otros pueden pulsar. Por eso, su formación espiritual depende en parte de que aprendan a resistirse mejor a las provocaciones, es decir, que desarrollen todo un nuevo juego de botones. La mayoría de los nacidos este día tendrán una buena dosis de fricciones con al menos uno de sus padres mientras crece. No suelen perder estos esquemas infantiles de rebeldía hasta bien entrada la edad adulta, y quizá tarden muchos años, hasta pasados los cuarenta o incluso los cincuenta, en conseguir finalmente reprogramarse para evitar el conflicto. La muerte de uno de sus padres con quien no habían hecho las paces o no habían valorado lo suficiente puede ser devastadora. Por lo tanto, para los nacidos el 23 de noviembre que aún no han resuelto los conflictos con sus padres, el presente es el mejor momento.
Normalmente son agudos y tienen un excelente sentido del humor. Si su vida aún no ha encontrado una aplicación para este sentido cómico, deben desarrollarlo, puesto que les ayudará a evitar arrebatos de genio. Cuando los nacidos este día aprenden a reírse también de sí mismos, han avanzado mucho en el camino de su evolución. La espiritualidad en sus diversas manifestaciones es un tema que suele surgir después de los treinta años, pero puede no alcanzar su madurez hasta pasados otros diez o veinte años. A través de la meditación y las formas de pensamiento más íntimas, la conciencia y la comprensión, estos individuos pueden llegar a liberarse de los aspectos más negativos de su personalidad. Paradójicamente, aun siendo tan irreverentes, tienen un gran potencial para evolucionar hasta convertirse en figuras perfectamente estables, incluso con autoridad.
Establecerse en el trabajo y con la familia es esencial para el desarrollo de los nacidos este día. Estructurar el día alrededor de los negocios o de la vida familiar calma sus instintos más primitivos. Sin embargo, deben recurrir a su inquietud cuando llega la hora de pasar a metas más elevadas; de lo contrario, pueden quedarse estancados.
