Los nacidos el 30 de diciembre se hacen entender con muy pocas palabras. Suelen prestar adhesión a las tradiciones y métodos establecidos, y depositan su fe en lo probado y fiable. Son personas extraordinariamente valiosas para dirigir un negocio o una organización, y les disgusta la ineficacia y el despilfarro en todos los sentidos. Además reconocen enseguida los fallos de un sistema o método de trabajo y no dudan en eliminarlos, o al menos reducirlos al mínimo.
Esto no significa que sean necesariamente individuos estirados o que les cueste mucho relajarse. Por el contrario, poca gente disfruta tanto de una buena comida o de una velada de diversión con los amigos como los nacidos este día. Es precisamente por tener tanto juntos en el trabajo que pueden llegar a casa y expresarse libremente. Son indulgentes y generosos, pero no aceptan que otros se vuelvan contra ellos o contra su derecho a mandar. En efecto, casi todos los nacidos este día exigen ser el jefe, para ellos no puede ser de otro modo. Sin embargo, deben cuidarse de adoptar una actitud dogmática y de suficiencia aferrándose a principios inmutables, lo que puede despertar fuertes antagonismos con los demás.
No es de extrañar que muchos nacidos el 30 de diciembre tengan serios problemas con la autoridad, no porque sean rebeldes per se sino porque consideran que los que están al mando son incompetentes o ineficaces. A menudo empiezan pensando en cómo podrían ellos dirigir mejor el espectáculo. Pero uno de sus aspectos positivos es que sus ideas suelen ser constructivas, no simplemente fruto de la vanidad. Para ellos lo importante no es el poder o la dominación, sino que se hagan las cosas de la mejor manera posible.
Detestan el desorden y el caos. A menudo esto los empuja a llevar una existencia más espartana, o como mínimo a amontonar sus pertenencias en otra habitación y cerrar la puerta. Como no son excesivamente quisquillosos, reducen el desorden potencial cuando deciden restringir la cantidad de bienes que acumulan. Otras personas lo considerarán una prueba de que son agarrados con el dinero. Lo más probable es que no sea ése el caso, puesto que los nacidos este día saben cómo gastar el dinero cuando quieren o lo necesitan, aunque signifique quedarse en números rojos. Sin embargo, su frugalidad innata suele impedir que desperdicien el dinero y los ayuda a cerrar los mejores tratos posibles.
Las frustraciones y las preocupaciones pueden hacerles perder el sueño. Las situaciones perturbadoras no sientan muy bien a su personalidad normalmente taciturna; lo que les va mejor es solucionarse ellos mismos un problema dado. Por desgracia, cuando tropiezan con problemas espinosos provocados por la ignorancia o la torpeza ajenas (tal como ellos lo ven), los nacidos este día pueden alterarse considerablemente. Para no desperdiciar su valiosa energía, deben aprender a aceptar lo que no pueden cambiar, así como la disciplina necesaria para centrar sus ideas en asuntos más constructivos.
