Los nacidos el 6 de septiembre son extremadamente vulnerables a los designios ocultos del azar. Para bien o para mal, su vida parece más sujeta que la de otros a los caprichos del destino. En muchos casos, todo marcha sin incidentes hasta que de pronto, sin razón aparente, se produce una catástrofe.
Cuando los nacidos este día procuran dirigir y en cierto modo restringir el curso de su vida, la suerte parece volverse contra ellos. Pueden hacer planes detallados, prepararse para cualquier contingencia y aun así descubrir que los acontecimientos no salen en absoluto de la forma prevista. Estas experiencias pueden resultar agotadoras y producir una profunda frustración en los más débiles de los nacidos este día.
En ocasiones, da la impresión de que estos individuos son poco previsores. Están tan pendientes del presente, del éxito inmediato o de la falta de él, que otros creen que no dedican suficiente energía a prepararse para el futuro o para tiempos más difíciles. Esta idea es injusta, ya que la experiencia ha enseñado a los nacidos este día a concentrarse en el presente, a dar un paso por vez y a avanzar en sincronía con los ritmos de la vida.
Aunque su vida puede ser muy irregular, los nacidos el 6 de septiembre son constantes y leales. La familia y los amigos son sumamente importantes para ellos y suelen servirles como una armadura que amortigua los golpes de la vida. Cuando una persona cercana los traiciona (o así lo ven ellos), la experiencia puede resultar devastadora.
La mayoría de los nacidos este día se preocupan por parecer atractivos y se enorgullecen de su buen aspecto. Dan un gran valor a la belleza y al amor romántico, pues algunos creen erróneamente que estas cosas pueden protegerlos de las amenazas del mundo. Aquellos que descubren que no es así, adoptan una actitud más filosófica ante el amor y la vida en general.
Estos individuos suelen llevar una vida plácida y sin incidentes hasta poco después de los treinta años, cuando los designios del destino parecen tomar el mando. Sin embargo, cuando los sucesos inesperados comienzan a cambiar su vida, muchos de los nacidos este día se vuelven fatalistas. A pesar de haber luchado contra el destino durante años, muchos acabarán resignándose a él.
Al hacerlo, ceden su poder al destino, una vez más, para bien o para mal. Estas personas hacen que se cumplan sus propias profecías, y deben tener cuidado con el poder que sus palabras ejercerán no sólo sobre su propia vida, sino también sobre la de otros.
