La pasión devoradora de Escorpio se ve siempre frustrada por la reticente entrega de Sagitario.
A su vez, la intensidad de Escorpio aleja a Sagitario que experimenta desprotección y temor ante los sentimientos demasiado profundos de su compañero.
Y esta diferencia resulta muy difícil de zanjar.
Para que la relación perdure, ambos tendrán que esforzarse por parecerse un poco al otro.
Escorpio deberá tornarse más superficial y Sagitario volverse más profundo. Pero este intercambio de personalidades jamás resultará fácil ya que contradice sus respectivas naturalezas.
Para lograrlo, deberán trabajar sobre sus puntos de coincidencia que, afortunadamente para el futuro de la relación, también existen: el gusto común por la independencia y la aventura.
Esta puede ser la clave que les permita compartir un futuro de felicidad.
